Ella puede matar con una sonrrisa, ella puede lastimar con sus ojos. Ella puede arruinar tu fe con sus casuales mentiras y solo revela lo que quiere que veas. Se esconde como un niño pero ella es siempre una mujer para mí... Ella puede guiarte al amor, tomarte o dejarte. Ella pedirá la verdad pero nunca te creerá y tomará todo lo que le des mientras sea gratuito Sí, roba como un ladron; pero es siempre una mujer para mí... Oh, puede cuidarse por si misma, puede esperar si quiere estar adelantada a su tiempo. Oh,ella nunca se rinde ni nunca cede sólo cambia de parecer. Te prometerá mas que el jardin del Eden y luego, intencionalmente, te cortará y reirá mientras sangras. Ella resalta lo mejor y lo peor de ti, pero pone toda la culpa en ella, porque ella es siempre una mujer para mí. Ella es frecuentemente bondadosa, y de repente cruel. Ella hace lo que le place, nadie hace lo que le place con ella. Pero no puede ser castigada, se ganó su lugar y lo que mas hará es lanzar sombras sobre ti. Aún así, ella es siempre una mujer para mí

martes, 28 de febrero de 2012



Íntimos


Nieva en la sima,
y entonces ya da igual
que haya o no rima.


Sacro el momento
que te invita a tener
acoplamiento.


Todo es diseño,
tu cuerpo, tus andares,
mientras te ensueño.


De tus afueras
a ese interior profundo
cuando tu quieras.


Me domesticas
con ésa, tu mirada
que me adjudicas.


Vas paulatina
e inexorablemente
a mi retina.


Nace una flor
en la humedad caliente
de tu atanor.


Una mujer
desnuda y en lo oscuro
se hace querer.


Mira tu piel,
un proceloso mar
sin timonel.


Son dos pilares
elevando el deseo
a los altares.


Suave, mullida,
por húmedos parajes
comprometida.


Alabeada,
de formas femeninas
andas sobrada.


Y cada vez
que me niegas tu boca
crece mi sed.


Los humedales
de tu cuerpo suscitan
mis arrabales.


Ya se han fundido,
tu cuerpo con el mío
lo convenido.



Me reverdeces,
me impulsan a lo alto
tus pequeñeces.



En bandolera
llevo mis pertenencias,
tú la primera.



Cuando las claras
despiertan la mañana
tú me acaparas.


Si tu me invades,
en mi interior desatas
tres tempestades:

La de la vida,
despertando el deseo
cual avenida.

La del amor,
perturbando del todo
mi yo interior.

La de la muerte,
porque acabo muriendo
de no tenerte.


En tu mirada
encuentro mil razones.
Dame posada.


Van machiembradas
tu mirada y la mía.
Concatenadas.


Es boquitierno
el calor de tus labios
en este invierno.



Es vellioscura
la entrada hacia tu gruta,
loca aventura.



Agridulzor
el de tu amar obsceno,
liberador.



Yo, boquiabierto,
contemplando tus curvas
al descubierto.



Fue bienhallada
la tuerca por el perno
de madrugada.


De todas eres
aquella que solventa
mis menesteres.



Como olvidarte
si invades mi memoria
de parte a parte.


De tu abstinencia
espero que te vengues.
Tendré paciencia.


Me sobrevienes
y en tus menudas manos
mi vida tienes.

Mi vida tienes
así como mi cuerpo
si a mi te avienes.

Si a mi te avienes
dejarás tu frescor
sobre mis sienes.

Sobre mis sienes
se instalan tu bonanza,
tus parabienes.

Tus parabienes
hacen que mi cansancio
con calma drenes.


Valle profundo
donde el amor germina
tierno, rotundo.


Tú y tus dos lunas
disfrutáis teniéndome
siempre en ayunas.


Del fuego sales
y enciendes mis instintos
más ancestrales.


Intimidades,
donde los remojones
quitan saudades.


Cuando trasteo
debajo de tu falda
ardo en deseo.


Lo mío es tuyo
si en tus intimidades
yo me zambullo.

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